El camino a la calidad.
Hace ya más de 25 años que tuve mi primer
contacto con el concepto de calidad en la industria, trabajando en una siderúrgica
conocí la norma ISO 9000, que en aquel entonces manejaba la versión 1994, un
poco más extensa que su versión actual, la 2015, pero igual de efectiva.
Entender el concepto de calidad no era difícil
para el personal que participaba en el proceso de certificación, recibimos
capacitación de muchos tópicos relacionados a la calidad, lo complicado residía
en la interpretación de la norma.
Quien ha tenido la oportunidad de leer alguna
norma (ISO, NOM o algún otro tipo) coincidirá conmigo que no es tan sencillo
aplicar los lineamientos, pues una norma tiene por característica primordial
ser de carácter general, y al intentar aplicarla a los específica, se vuelve
una tarea bastante compleja. Esto se debe, muchas veces, al nivel de comprensión de quien
quiere aplicar la norma a sus procesos.
Regresando a la siderúrgica, fue un ejercicio
largo y tortuoso comprender la forma de elaborar los documentos que requiere la
norma, el lenguaje (no el idioma) es otro factor que parece no tener importancia,
pero al momento de redactar procedimientos notamos que muchas veces no
escribimos lo que queremos decir; y así, múltiples experiencias en ese primer
contacto con un Sistema de Gestión de la Calidad.

Con el paso de los años, mi vida profesional
me ha llevado a conocer diferentes sectores: educación, salud, telemercadeo,
maquila, entre otros. Ese recorrido siempre fue acompañado, de una u otra
manera, con la calidad y sus sistemas de
gestión para su aseguramiento.
En algunos casos, no había interés por
implementar un sistema, en otros, el interés era solo obtener un certificado como
requisito administrativo y, en el mejor de los casos, existía el interés de
implementar un sistema de gestión de calidad para garantizar la estandarización
de procesos, reducir costos y encontrar la mejora continua.
No es sencillo implementar un sistema de gestión
de calidad, muchas veces, los aspectos de formación profesional juegan un papel
muy importante entre quienes tienen algún rol en la implementación.
Hay quienes optan por contratar a un
especialista para esta tarea y los ayude a la aplicación de la norma en sus
organizaciones, pero en mi experiencia he sido testigo que esto a veces esto no
garantiza una correcta aplicación, ya que el especialista conoce la norma de
pies a cabeza, pero desconoce del negocio, de sus procesos y las actividades
inherentes a la empresa y eso, a fin de cuentas, complica la implementación,
Desde que la certificación ISO 9000 se volvió
un gran negocio, ha crecido el número de especialistas en calidad y, como en
todo mercado, hay muy buenos y otros no tanto.

Yo estoy convencido de los beneficios que se
obtienen al implementar un sistema de gestión de calidad, en donde la obtención
del certificado sea una de las consecuencias de tener un buen sistema y no el
objetivo principal de su implementación.
El
implementar un sistema de gestión de calidad, trae consigo algunos beneficios
como:
·
Mejorar los procesos
·
Garantizar una estandarización en los procesos
·
Reducción de costos
·
Identificación de áreas de oportunidad y mejora
·
Crear equipos de trabajo efectivos y productivos
·
Asegurar a los clientes la calidad en los productos
y servicios que recibe.
·
Involucramiento del personal, de forma efectiva, en
todos los procesos y toma de decisiones de
la organización.
Con estas razones en mente, el proceso de
implementación no será tan tormentoso y traerá consigo una experiencia de
autoconocimiento y perfeccionamiento de su empresa o negocio.
LAE
Mauro Jesús Zárate García.
Ced.
Prof. 5307614https://www.facebook.com/Consejos-para-Mipymes-102492748037747/
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