miércoles, 17 de marzo de 2021

Echarle ganas

 Es frecuente escuchar o utilizar al momento de dar una palabra de ánimo o bien para pedir una buena ejecución en determinada tarea o actividad a una persona, que le eche ganas.

¿Echarle ganas? Lo podemos entender como dar un esfuerzo adicional, comprometerse con una actividad o proyecto, realizarlo con ánimo y optimismo, no decaer y algunas otras ideas semejantes; pero ¿es suficiente echarle ganas para alcanzar buenos resultados o los esperados? La experiencia me dice rotundamente que ¡NO!

En retrospectiva he visto muchos casos de compañeros y colaboradores que trabajan con mucho empeño, esfuerzo, ánimo y dedicación, que afanosamente realizan dos, tres o hasta más veces la misma tarea porque no les queda bien a la primera, a la segunda o tantas veces lo hayan intentado.

Otros casos que he conocido son los que tienen una muy buena puntualidad y asistencia, pero que socializan en demasía, siempre traen una sonrisa en la cara y quizá, en algunas ocasiones, son motivadores, pero que al final de la jornada no tuvieron una actividad determinada a la que dediquen su esfuerzo.

Y como los anteriores hay otros tantos casos en las organizaciones, donde el personal le echa muchas ganas a lo que hace o intenta hacer, sin embargo los resultados no son los esperados en tiempo y forma.

Para que echarle ganas tenga un efecto realmente positivo en las actividades realizadas debe haber una competencia desarrollada a través de la preparación y experiencia, pues de nada sirve realizar bien una tarea hasta el cuarto intento, donde ya se ocuparon recursos de más, entre ellos uno muy importante que es el tiempo.

Un error muy común al asignar actividades al personal es desconocer si cuenta con las competencias y conocimientos necesarios para realizar de manera eficaz y eficiente lo encomendado. El contar con estudios académicos profesionales o experiencia en puestos similares en otras organizaciones no garantizan que los resultados en las actividades asignadas se realicen con la satisfacción esperada, pues la curva de aprendizaje siempre estará presente y será tan pronunciada de acuerdo a la capacidad de quién se encuentre en ese momento asignado en ese puesto o actividad.

Es muy importante tomarse el tiempo para desarrollar protocolos de inducción que vayan desde el conocimiento general de la empresa, la estructura organizacional con la que cuenta, las actividades propias del departamento y puesto en el que se desempeñará el colaborador y, principalmente, los productos y/o servicios que ofrecen a sus clientes, tanto internos como externos. Estos procesos de inducción no deben ser tan amplios pero si necesarios para evitar la alta rotación de personal y los costos adicionales por errores en el aprendizaje.

Y ahora si, una vez que el personal cuenta con la formación y conocimientos correspondientes, echarle ganas es lo mínimo que se le puede pedir al realizar sus actividades.

Haciendo una versión paralela de echarle ganas, como aficionado a los deportes y practicante alguna vez de ellos, siempre ha estado presente esta frase para obtener un resultado positivo en un encuentro deportivo y lo hemos visto hasta en el deporte profesional mexicano, se habla de echarle ganas, pero muy pocas veces se habla de preparación adecuada, de planeación a mediano y largo plazo, que permita alcanzar resultados exitoso y no solo salir echarle ganas a un juego donde se espera un reconocimiento solo por eso, por echarle ganas.

viernes, 5 de febrero de 2021

¿Trabajo en equipo o equipo de trabajo?

 Algunas veces la departamentalización en las organizaciones llega a crear una división natural, pudiendo ser: geográfica (áreas de trabajo delimitadas por función) o técnicas (actividades específicas por un grupo de colaboradores.

Y si bien es cierto que cada área/departamento realiza funciones específicas y generales que aportan al cumplimiento de los objetivos de la organización, muchas veces terminan generándose rivalidades ante la falta de comunicación y empatía entre estas.


Cada área o departamento funciona como un grupo de trabajo, pero no necesariamente forman un equipo de trabajo. Los equipos de trabajo se llegan a conformar, la mayor parte de las veces, para un proyecto en particular, en donde se seleccionan elementos con diferentes habilidades y que las aportarán en mayor o menor medida a las tareas específicas del proyecto.

Ahora bien, ¿puedo crear equipos de trabajo en el día a día de de organización?

Habrá quienes consideren que todos en la organización y sus respectivas divisiones departamentales son un equipo de trabajo, sin embargo, los resultados no necesariamente son los que se espera de un equipo de trabajo, pues no se ejecuta el trabajo en equipo en estos.


Para lograr que nuestros equipo de trabajo realicen un trabajo en equipo necesitamos una planeación clara y conveniente para cada una de las áreas y sus respectivos integrantes, donde los objetivos generales y específicos de cada una de estas áreas se encuentre alineado a los objetivos de la empresa; por lo general, en las organizaciones, pasa lo contrario, pues cada área trabaja de acuerdo a sus intereses.

Un ejemplo sencillo es cuando al área de finanzas o administrativa se le solicita reducir el gasto de la organización, pero el área de comercialización requiere generar el gasto presupuesto para sus campañas publicitarias, y comienza un juego de estira y afloja para que cada área cumpla con sus objetivos específicos. Otro caso que he llegado a conocer, es cuando se solicita a las áreas productivas reducir los volúmenes de merma en la materia prima utilizada y al mismo tiempo, la reducción de presupuesto impacta al área de mantenimiento y servicios, lo que afecta la efectividad del equipo y, en consecuencia, la merma no se ve reducida.

Situaciones como las anteriores se presentan en el día a día en las organizaciones, generando problemas que muchas veces llegan a conflictos entre los integrantes de las diferentes áreas o entre el personal de las mismas áreas, dejando a un lado las razones por las que están colaborando en la organización y relegando a un último plano los objetivos que se esperan cumplir.

Aplicando una buena planeación estratégica, con un adecuado análisis de riesgos, en función de objetivos claros y bien comunicados, traerá consigo una adecuada ejecución en las áreas y entre ellas, generando una interacción saludable y una sinergia que va generando el verdadero trabajo en equipo.







jueves, 18 de junio de 2020

Aun nos queda mucho por aprender.

Veo con asombro y admiración como nuevamente mandamos gente al espacio, con el esfuerzo de un emprendedor, el cual nos ha sorprendido en los últimos años. Se habla mucho de una tecnología 5G y hasta que una empresa china trabaja ya en una tecnología 6G.

En menor medida, ya que no todos tienen acceso a la tecnología, los estudiantes han podido continuar, de una manera u otra, su formación académica, sean niños, adolescentes y hasta los adultos. Y así como estos pequeños ejemplos, hay otras tantas cosas que como especie hemos logrado.
Sin embargo, también me sorprende que cada día se crean nuevas leyes y reglamentos para poder controlar el comportamiento humano, lo que me deja en claro que es ilusorio el "desarrollo civilizado" pues sigue existiendo racismo, problemas de género, maltrato animal, contaminación ambiental y muchos daños más.
Hay quienes dices que al salir de esta situación (la pandemia por COVID 19) seremos más humanos. Creo que no saben lo que dicen, porque esta contingencia no ha hecho más que confirmar lo poco que hemos aprendido a través de los años. Ha salido a relucir nuestra ignorancia más arraigada, nuestra intolerancia disfrazada de tolerancia, nuestras ganas de demostrar todo nuestro deseo antisocial a cada oportunidad que se nos presenta.

Aun cuando hay muchas generaciones por venir, no parece cercano el momento en que como especie logremos una civilización que realmente no necesite leyes para convivir con el planeta que habitamos.
Siempre hay optimismo comparado: "tiempos pasados fueron mejores", "las generaciones futuras serán mejores que nosotros", lo que demuestra que a diario olvidamos nuestra historia y terminamos repitiéndola: guerras, explotación (hacia todo nuestro entorno), ambición desmedida, indiferencia social, gobiernos inútiles. No, el pasado no siempre fue mejor, aunque en algunas épocas haya momentos que destacar como el Renacimiento; y el futuro realmente parece más amenazador que prometedor.

Que hay un grupo que quiere controlar el mundo y disminuir la población y demás teorías mencionadas, pero ¿quién en su sano juicio quiere gobernar un mundo en ruinas? que además está contaminado, enfermo, sin riquezas naturales, con habitantes cada vez más dañados física y emocionalmente.
Es cierto y hay que reconocer que hay mucha gente haciendo cosas positivas, pero no está alcanzando, el efecto de esas acciones positivas se pierde en el tiempo y no encuentran el apoyo que merecen.
Deseo realmente que llegue el día donde no sean necesarias las leyes para regular nuestro comportamiento, y no, no soy quien para dar consejos de lo que tiene que hacer cada persona para mejorar. lo que me corresponde es dar a mis hijos las herramientas para mejorar lo que les corresponde y ser mejores seres humanos.

jueves, 7 de mayo de 2020

Calidad en la atención y el servicio.


Cuando somos clientes contamos con una susceptibilidad muy grande, ya que ponemos particular atención en la calidad en el servicio y atención que se nos brinda, pero cuando estamos del otro lado ¿aplicamos los mismos criterios?

Generalmente, se carece de empatía hacia los clientes, ignoramos sus requerimientos y necesidades y nos limitamos a una cuasi atención e igual servicio.

A lo largo de mi experiencia profesional he ido adquiriendo un importante interés por la atención y el servicio ofrecido a los clientes, tanto internos como externos. De igual manera he notado como algunas empresas han puesto especial interés en los mismos aspectos, pues anteriormente eso no parecía importar, ya que lo primordial era vender y no importaba un cliente 100% satisfecho.

Sin embargo, aún hay falta de atención y una baja calidad en el servicio en muchas empresas. A pesar de que las empresas ponen empeño en capacitar a su personal en estos dos grandes factores, al parecer la cultura de la calidad en atención y  servicio no está del todo arraigada entre los colaboradores.

Debemos tener presente que no se trata solo de dar al cliente el producto y/o servicio que necesita, sino el cuándo, cómo y dónde se lo damos. Debe ser en tiempo y forma, en los plazos y términos establecidos, en el lugar señalado (en el local, sucursal, su domicilio o dónde se haya acordado). El local y sus sucursales deben estar limpias y presentables, con orden. El cómo es muy importante, pues la actitud determinará el grado de satisfacción de nuestro cliente, aunque no siempre una buena atención es suficiente, pues si el servicio no es el adecuado, equivale a una mala atención.

El grado de satisfacción de nuestros clientes debe ser medido constantemente, solo de esa forma podemos mejorar estos aspectos. Debemos ser oportunos en el momento de evaluar el grado de satisfacción del cliente y encontrar la forma de recibir respuestas objetivas de nuestros clientes.

El servicio pos-venta tiene la misma importancia que la atención al momento de entregar el producto y/o servicio.

Garantizar a nuestros clientes una excelencia en atención y servicio traerá como consecuencia la lealtad de ellos y, muy probablemente, recomendaciones. Lo contrario, de manera segura, garantiza una muy mala recomendación.

Sensibilice y capacite a su personal en la calidad en la atención y servicio, también es muy importante por dar a sus colaboradores un trato como el que quiere que se dé a sus clientes. Tenga siempre presente que no necesariamente los clientes son primero sino que primero son sus colaboradores, ya que ellos son quienes se encargarán de atender a sus clientes y son sus colaboradores quienes garantizarán que haya calidad en la atención y el servicio que tendrá satisfechos a sus clientes y  gustosos por regresar.

LAE Mauro Jesús Zárate García.
Ced. Prof. 5307614
https://www.facebook.com/consejosmipymes/

martes, 31 de marzo de 2020

La administración en tiempos del COVID

La administración en tiempos del COVID

Siempre he creído que de las aficiones como son al cine y a los deportes, nos pueden dejar un aprendizaje.
El cine, que generalmente se basa en una obra literaria para adaptarla a un contexto gráfico, es uno de los medios más nos pueden enseñar. No faltarás los puristas que juzguen la película y digan que el libro siempre es mejor, bueno, esos no aprenden ni del libro ni de la película.
Hay tantas obras de ficción sobre sociedades al borde del apocalipsis, ya sea por un desastre natural, una guerra mundial, una invasión alienígena o bien una epidemia (que puede desembocar en una invasión zombi o no).
Y ¡oh sorpresa! Hoy en día vivimos una pandemia, que gracias al exceso de información, ha generado pánico e indiferencia en las mismas proporciones.
¿Será el fin de la especia humana? No lo creo, pero para el día después de que termine la contingencia, traerá consigo el inicio de una crisis socioeconómica muy fuerte, y lo digo pensando en nuestro país, y no porque crea que lo que pasa en el resto del mundo no nos afecte, sino porque lo que me impacta de forma inmediata es la economía local.
Las películas y sus respectivas obras literarias siempre nos dijeron que habría un desastre, por ese lado siempre hubo avisos, pero no nos dijeron qué teníamos que hacer con la economía local.


Hay grandes empresas que pueden hacer frente a una contingencia como la que estamos viviendo, pueden mandar a su personal a trabajar desde casa, pagar su salario íntegro y suavizar las pérdidas generadas.
Pero ¿y las MIPYMES? Que representan el grueso de los establecimientos comerciales en México, los que van al día y que sus ingresos son para sostener a la misma empresa y cubrir los salarios de sus empleados; aquellos pequeños negocios que tienen que pagar por su “seguridad” para seguir siendo una fuente de ingreso para la familias ¿a ellos quién los ayuda?
No hay libro, materia, técnica o ciencia que nos diga que hacer para, como empresa, sobrevivir en tiempos de pandemias y, contingencias y cese parcial de actividades. Si bien es cierto que los tiempos de crisis traen consigo oportunidades, pero de momento la situación presenta amenazas para la mayoría de microempresarios.
No faltan aquellos que han hecho ganancias a costa de las necesidades y pánico de la sociedad, para ellos no hay perdón ni justificación.
Regresando a los afectados en cuestión, este es el momento donde se verá la madurez de la organización, donde las empresas se podrán dar cuenta en qué medida han involucrado en el proyecto a sus empleados y lo importante que son éstos para el buen funcionamiento de las mismas.
Algunos ya han disminuido la cantidad de personal (de acuerdo a la ley o como han podido) y operan solo con lo básico, otras si han tenido que cesar todas las operaciones y, los menos, muy pocos, se han mantenido operando al cien por ciento.

Esta crisis es la oportunidad para replantearse los objetivos en las organizaciones, implementar sistemas administrativos adecuados  y que permitan hacer frente a futuras contingencias y sus respectivas crisis, porque esta no será la última ni tampoco serán siempre en el mismo sentido.
Por lo pronto, no queda más que ser disciplinados, acatar las indicaciones y esperar pacientemente a que termine la contigencia.

LAE Mauro Jesús Zárate García.
Ced. Prof. 5307614
https://www.facebook.com/Consejos-para-Mipymes-102492748037747/

sábado, 21 de marzo de 2020

El camino a la calidad

El camino a la calidad.

Hace ya más de 25 años que tuve mi primer contacto con el concepto de calidad en la industria, trabajando en una siderúrgica conocí la norma ISO 9000, que en aquel entonces manejaba la versión 1994, un poco más extensa que su versión actual, la 2015, pero igual de efectiva.
Entender el concepto de calidad no era difícil para el personal que participaba en el proceso de certificación, recibimos capacitación de muchos tópicos relacionados a la calidad, lo complicado residía en la interpretación de la norma.
Quien ha tenido la oportunidad de leer alguna norma (ISO, NOM o algún otro tipo) coincidirá conmigo que no es tan sencillo aplicar los lineamientos, pues una norma tiene por característica primordial ser de carácter general, y al intentar aplicarla a los específica, se vuelve una tarea bastante compleja. Esto se debe, muchas  veces, al nivel de comprensión de quien quiere aplicar la norma a sus procesos.
Regresando a la siderúrgica, fue un ejercicio largo y tortuoso comprender la forma de elaborar los documentos que requiere la norma, el lenguaje (no el idioma) es otro factor que parece no tener importancia, pero al momento de redactar procedimientos notamos que muchas veces no escribimos lo que queremos decir; y así, múltiples experiencias en ese primer contacto con un Sistema de Gestión de la Calidad.

Resultado de imagen de camino a la calidad
Con el paso de los años, mi vida profesional me ha llevado a conocer diferentes sectores: educación, salud, telemercadeo, maquila, entre otros. Ese recorrido siempre fue acompañado, de una u otra manera, con la calidad y sus sistemas  de gestión para su aseguramiento.
En algunos casos, no había interés por implementar un sistema, en otros, el interés era solo obtener un certificado como requisito administrativo y, en el mejor de los casos, existía el interés de implementar un sistema de gestión de calidad para garantizar la estandarización de procesos, reducir costos y encontrar la mejora continua.
No es sencillo implementar un sistema de gestión de calidad, muchas veces, los aspectos de formación profesional juegan un papel muy importante entre quienes tienen algún rol en la implementación.
Hay quienes optan por contratar a un especialista para esta tarea y los ayude a la aplicación de la norma en sus organizaciones, pero en mi experiencia he sido testigo que esto a veces esto no garantiza una correcta aplicación, ya que el especialista conoce la norma de pies a cabeza, pero desconoce del negocio, de sus procesos y las actividades inherentes a la empresa y eso, a fin de cuentas, complica la implementación,
Desde que la certificación ISO 9000 se volvió un gran negocio, ha crecido el número de especialistas en calidad y, como en todo mercado, hay muy buenos y otros no tanto.

Resultado de imagen de camino a la calidad


Yo estoy convencido de los beneficios que se obtienen al implementar un sistema de gestión de calidad, en donde la obtención del certificado sea una de las consecuencias de tener un buen sistema y no el objetivo principal de su implementación.
El implementar un sistema de gestión de calidad, trae consigo algunos beneficios como:
·         Mejorar los procesos
·         Garantizar una estandarización en los procesos
·         Reducción de costos
·         Identificación de áreas de oportunidad y mejora
·         Crear equipos de trabajo efectivos y productivos
·         Asegurar a los clientes la calidad en los productos y servicios que recibe.
·         Involucramiento del personal, de forma efectiva, en todos los procesos y toma de decisiones de  la organización.
Con estas razones en mente, el proceso de implementación no será tan tormentoso y traerá consigo una experiencia de autoconocimiento y perfeccionamiento de su empresa o negocio.

LAE Mauro Jesús Zárate García.
Ced. Prof. 5307614
https://www.facebook.com/Consejos-para-Mipymes-102492748037747/

miércoles, 4 de marzo de 2020

La salud en las micro, pequeñas y medianas empresas




Desde que comencé a ejercer la administración de manera profesional, hay una analogía que siempre me ha gustado aplicar en la administración de empresas: es la de la atención médica y sus pacientes.

El cuidado de la salud está presente en todas las etapas del ser humano. Al nacer, y durante la infancia y preadolescencia, los padres son los que están al tanto y cuidado de nuestra salud; de la adolescencia a la madurez, la salud se vuelve un tema secundario en nuestras actividades, pues es cuando más saludables nos sentimos. Pero es aquí donde nuestros hábitos alimenticios, nuestras costumbres de actividad física, nuestras relaciones emocionales y hasta el medio ambiente, entre otros, determinan como será nuestra salud en la etapa adulta  y en la vejez.

De la misma forma ocurre en las micro, pequeñas y medianas empresas, la cuales, al momento de ser creadas, tienen la atención y cuidados de sus emprendedores y dueños. De acuerdo al INEGI, el promedio de vida de las MIPYMES en México es de 7.7 años.[1] Las MIPYMES que logran rebasar esa edad, pasan por el mismo proceso en el cuidado de la salud que las personas.

Volviendo a la analogía, en las personas son los médicos generales quienes realizan el diagnóstico del paciente, eliminan posibles enfermedades y, en caso de ser necesario, determinan un tratamiento para mejorar la salud.




Y en las MIPYMES ¿quién hace este trabajo? Regularmente recurren a la automedicación, ya que en la mayoría de los casos desconocen quién es el especialista en la salud de las empresas.

En estos casos, el Administrador de Empresas, o su equivalente según sea la institución académica de egreso, es quien puede realizar el diagnóstico adecuado de cómo se encuentra la empresa en ese momento, y al igual que el médico general, realizará la sugerencia de un especialista en caso de ser necesario. El Administrador de Empresas tiene los conocimientos generales en cuanto al funcionamiento de una empresa para identificar dónde puede haber áreas de oportunidad para mejorar en la empresa o bien en donde puede haber situaciones de un riesgo futuro.

Ahora bien, la medicina no solo es correctiva, sino que debe ser preventiva, con el objetivo de tener una mejor calidad de vida sin necesidad de llegar a un estado de enfermedad para acudir a una consulta médica.

Tradicionalmente en la salud personal no hay un plan de atención inmediata para la prevención y cuando llega a haber una situación grave, se vuelve un gasto no contemplado, y lo mismo pasa con las empresas, ya que al momento de su creación, no se contempla la intervención de un especialista para mantener la buena condición de la empresa.

La salud de la organización muchas veces es un tema no considerado y, en muchos casos, las empresas se encuentran enfermas, con un bajo crecimiento y desarrollo y no han explotado su potencial.

A manera de conclusión, así como se recomienda asistir a un médico de forma regular, sin esperar a estar enfermo, para mantener una condición física y mental saludable, se recomienda a las MIPYMES a asesoría de un especialista en la Administración de Empresas.




Habrá quien tenga la fortuna de tenerlo contratado de tiempo completo, y si es así, debe sacar el mayor provecho posible de su conocimiento y experiencia en beneficio de su empresa. De no contar con uno en su organización, considere dentro de su presupuesto la contratación de un servicio de asesoría especializado, y verá que los resultados y beneficios los notará en su empresa.

LAE Mauro Jesús Zárate García.
Ced. Prof. 5307614
https://www.facebook.com/Consejos-para-Mipymes-102492748037747/


[1] https://expansion.mx/economia/2015/01/20/negocios-tienen-una-esperanza-de-vida-de-77-anos-en-mexico

Echarle ganas

 Es frecuente escuchar o utilizar al momento de dar una palabra de ánimo o bien para pedir una buena ejecución en determinada tarea o activi...